redpar-en-cesder-dsc00117Durante el último siglo, México experimentó una transición de su población de predominantemente rural a predominantemente urbana, con tres etapas diferenciadas. De 1900 a 1940 predominó la población rural, el periodo entre 1940 y 1980 se caracterizó por un marcado crecimiento de la población urbana, mientras que en los años posteriores la urbanización ha tenido un crecimiento más lento, pero se ha diversificado en el interior del país. Este proceso que puede expresarse de forma relativamente fácil en términos numéricos, es el reflejo de un conjunto de condiciones sociales, políticas, económicas y ambientales que han definido a ambos sectores.

imagen-190Para la población rural, la transición señalada ha significado una pérdida constante y en momentos acelerada, de los derechos y prerrogativas ganadas después de una revolución de la que fueron los principales artífices. Los campesinos, que en algún momento fueron considerados los “hijos predilectos del régimen” han pasado al cabo de un siglo a considerarse como un sector marginal y atrasado al que hay que poner en sintonía con los procesos de desarrollo modernizador y de acumulación de capital. En este camino, a los hombres y mujeres del campo se les ha intentado despojar de su identidad, su territorio y sus recursos, su autonomía, sus prácticas y saberes.

milpa4A lo largo de los casi 30 años de caminar de la red, hemos presenciado cómo el contexto social, político y económico del campo si bien ha cambiado, presenta diversos aspectos que han trascendido por décadas, entre los que cabe destacar:

  • La falta de políticas para garantizar la soberanía alimentaria acorde a la situación de campesinas y campesinos, de productores y productoras agrícolas y de amplios sectores de la población mexicana.
  • La asimetría de los mercados agravada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que ha quebrantado el mercado de nuestro país y devastado el campo mexicano.
  • marzo-abril-2015-queseria-y-oaxaca-235Las políticas de “superación de la pobreza” que responsabilizan a los/as campesinos/as del atraso tecnológico y tratándolos/as como carentes de capacidades, negándoles su condición como productores activos y asignándoles únicamente el papel de consumidores a quienes se atiende de forma asistencialista.
  • La invisibilidad del trabajo de las mujeres campesinas y la sobreexplotación de este sector como política del gobierno para superar la pobreza de la población campesina.
  • marzo-abril-2015-queseria-y-oaxaca-219La falta de reconocimiento del papel de las mujeres del campo como productoras de alimentos, recursos medicinales y como depositarias de una cultura alimentaria ancestral.
  • La ausencia del reconocimiento del derecho de las mujeres al acceso, la propiedad y usufructo de la tierra.
  • Destrucción paulatina de la agricultura de subsistencia y concentración de la producción de alimentos en unos cuantos países productores y empresas transnacionales.
  • Destrucción de los conocimientos y saberes campesinos, aunado a la destrucción de la naturaleza que es tratada como mercancía.
  • marzo-abril-2015-queseria-y-oaxaca-091El incremento alarmante de la inseguridad en el país debido al crimen organizado, la cual afecta a toda la población, pero de manera más acentuada a la población rural y sus territorios. Si bien el panorama es desalentador, también reconocemos y presenciamos la emergencia de un movimiento de campesinos y campesinas que está avanzando en la coordinación de acciones de largo alcance y en el establecimiento de alianzas con diversos sectores, que permitan una solución integral a los problemas del campo. Las apuestas son variadas, desde los procesos autonómicos indígenas que se gestan a distintas escalas territoriales incluyendo comunidades o regiones, hasta los movimientos nacionales campesinos que buscan incidir en las políticas comerciales, pasando por experiencias diversas de producción agrícola, defensa de derechos, creación de mercados justos, rescate de saberes, vinculaciones con sectores académicos, urbanos, internacionales.

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En este proceso también hemos visto cómo las mujeres poco a poco han ido ganando espacios de representación, que si bien aún son pocos, representan un logro que se han ganado con base en su esfuerzo y sus luchas cotidianas.